Una repercusión estimada más contenida en actividad y ocupación comparada con el conjunto de la economía, al mismo tiempo que transformaciones digitales y de seguridad en el ejercicio profesional, y junto con riesgos de precarización e ineficiencias de comportamiento que será necesario atajar es el balance del Estudio económico de impacto del COVID-19 sobre el subsector de servicios profesionales realizado por Unión Profesional
Este estudio comprende cuatro capítulos: el primero aborda una estimación econométrica del desempeño económico del subsector en el 2020 y el 2021; el segundo una observación del comportamiento esperable en la oferta y la demanda; el tercero una aproximación bajo la economía conductual al efecto sobre los sesgos y la relevancia de los nudges o suministro de información relevante para la toma de decisiones; y el cuarto un análisis sectorial sintetizado para cada profesión que ofrece una imagen de conjunto más profunda. Finalmente, se acompaña de sendos apartados de conclusiones y recomendaciones.
Se trata de un análisis enmarcado en el Estudio de Unión Profesional: La relevancia del sistema de profesiones colegiadas en el subsector de los servicios profesionales, anunciado en octubre del 2019, que abordó cómo las funciones públicas que llevan a cabo las corporaciones colegiales contribuyen a generar resultados económicos más eficientes y deseables en el bienestar de la sociedad.
Recomendaciones para un lanzamiento sólido y sostenible
En el actual contexto de reconstrucción, destacar las recomendaciones recogidas en el Estudio UP, orientadas a disponer un relanzamiento sólido y sostenible de las profesiones que pueda contribuir a la recuperación económica. Entre ellas, se propone reforzar su sistema de profesiones colegiadas protagonizado por las corporaciones colegiales; especialmente en el impulso al Desarrollo Profesional Continuo (DPC) y los sistemas de validación periódica de colegiación.
En relación con ello, también se recomienda reforzar la función deontológica de las corporaciones colegiales para perseguir con mayor eficacia el posible repunte de comportamientos oportunistas, ejercicio irregular e intrusismo. Y todo ello, acompañado del suministro más sistematizado de información sobre la problemática actual por parte de los y las profesionales y sus colegios profesionales, pues introducen la certidumbre necesaria que demanda la ciudadanía para tomar sus decisiones conforme a la lógica de la economía conductual.
En los aspectos financieros, se disponen instrumentos para los profesionales y las corporaciones colegiales que les permita atemperar sus tensiones de liquidez y acometer las inversiones necesarias. En temática laboral se argumenta para atajar la precarización en el ejercicio profesional, y la brecha salarial y laboral de las profesionales.
En materia socioeconómica, se recomienda gestionar de modo eficiente y ágil el incremento de la litigiosidad para lidiar con una probable falta de inseguridad jurídica producida a tal efecto. Para ello, se propone avanzar en alternativas como la mediación. Asimismo, se aconseja favorecer un despliegue de la prestación telemática de servicios profesionales más seguro y eficaz en términos de control deontológico y tecnología. Finalmente, en la cuestión pública se recomienda potenciar la colaboración público-privada, y aprovechar por parte de las Administraciones públicas el conocimiento acumulado y específico de las corporaciones colegiales.
Proyección económica para el 2020 y el 2021
En primer lugar, se ha estimado que la actividad económica del subsector de servicios profesionales se reduzca entre una horquilla del 5,7% al 9,1% en el 2020, acompañada de una caída de la ocupación de entre un 2,9% y un 5,2%, y una tasa de paro que podría ascender alrededor de tres puntos porcentuales hasta el 7% en función de los diferentes escenarios planteados. De cara al 2021, que se prevé de recuperación, el crecimiento podría llegar hasta el 5,4%, la ocupación al 3,9% y la tasa de paro se aplanaría hasta alrededor del 5%.
A continuación, tal y como trasladamos la semana pasada en nuestro blog, se ofrecen observaciones en torno a las dinámicas y comportamientos de la oferta y la demanda en el marco de la pandemia:
>> EN LA OFERTA: Telematización, inversión en seguridad, precarización, ineficiencias…
En la prospección de los impactos transversales en la oferta de servicios profesionales, aparecen elementos como el incremento de inversión en medios y recursos para adaptar de forma segura los espacios de prestación de servicios y los espacios diáfanos de oficina. Ello, daría lugar a una ralentización de la productividad y, un mayor desembolso en medios tecnológicos ante el auge de la prestación telemática.
El tejido empresarial de servicios profesionales experimentaría tres grandes movimientos: desaparición de una pequeña parte con menor margen empresarial y sin acceso a financiación, más fusiones y uniones temporales de empresas (UTEs), y un incremento medio de los márgenes empresariales como estrategia de protección para limitar su dependencia de los instrumentos financieros si el acceso al crédito se dificulta. Además, podrían proliferar las sociedades profesionales, fórmula genuina de las profesiones, para aprovechar sus ventajas de conocimiento multidisciplinar y de las economías de escala y de alcance. Otra tendencia transversal y factible sería una menor demanda de espacios físicos permanentes.
Tampoco es descartable que la precarización, o la brecha salarial y laboral que acusan las profesionales se acentúen según experiencias pasadas. De hecho, la brecha salarial en las profesiones creció del 14,40% en el 2008 al 17,84% en el 2012 frente al 15% vigente.
>> EN LA DEMANDA: Moderación y atención sobre las ineficiencias
Si nos centramos en la demanda de servicios profesionales, experimentaría un debilitamiento agregado por las empresas al minorarse el tejido empresarial, pero también por los consumidores por la previsible contracción de la renta. No obstante, sería una disminución amortiguada por la inelasticidad precio de la demanda en buena parte de los servicios profesionales. En la misma línea, se confía en que la demanda exterior pueda compensar parte de la bajada de la demanda interna si la recuperación de los países de nuestro entorno es más acelerada y robusta.
De igual modo, se contempla la posibilidad de que puedan repuntar los comportamientos oportunistas en la prestación de servicios profesionales tales como el overtreatment o sobretratamiento, el overcharging o sobreprecio, el undertreatment o tratamiento insuficiente, así como la demanda inducida u oferta provocada. Esencialmente, debido a que se aprovecharía la necesidad enfatizada de protección y certeza de los clientes, pacientes y usuarios.
ANÁLISIS SECTORIAL POR ÁMBITOS DE PROFESIÓN
En el ámbito sanitario se espera un periodo de normalización de la actividad, al menos hasta otoño, en aquellas profesiones más vinculadas a la emergencia sanitaria y, a la vez, un crecimiento o recuperación en otras por el contexto de necesidades generadas y acumuladas.
En relación, el ámbito social habrá de dar respuesta al escenario de mayor vulnerabilidad prevista por la crisis socioeconómica reflejado en el aumento de la población en riesgo de pobreza o exclusión social. Igualmente, se aprecia un creciente interés por la actividad física y deportiva.
Por su parte, en el ámbito de la arquitectura, la rehabilitación y el urbanismo sostenible se erigen como los segmentos de mayor potencial presente y futuro para estas profesiones ante la moderación de la obra nueva y la obra pública por la incertidumbre producida en los potenciales inversores.
En el ámbito de la ingeniería, algunas profesiones experimentaron cierto parón en algunas áreas como en la automoción, y aumento en las industrias esenciales como la alimentaria o sanitaria. Con todo, muestran potencial en el terreno digital y en el desarrollo de espacios públicos sostenibles.
En sintonía, el ámbito científico anotó más actividad en las profesiones de áreas vinculadas con la emergencia sanitaria en contraste con el freno de otras ramas relacionadas con algunas industrias. Además, podrían registrar un repunte nacional e internacional en la investigación directa e indirecta asociada al COVID-19.
De otro lado, en el ámbito de economía y empresa, se espera que continúe el alza en la actividad concursal, laboral, financiera, investigación, el aseguramiento o la gestión asociada a las pensiones. Otras ramas como la contable, la publicidad o la auditoría se mantendrían estables o con cierta minoración a medida que se destruya parte del tejido empresarial.
En conexión, en el ámbito jurídico se prevé un notable incremento de la litigiosidad, singularmente, en el área laboral y mercantil, tan pronto como se recupere el pulso socioeconómico, lo que podría favorecer un restablecimiento o incluso de alza de actividad en muchas ramas de las profesiones jurídicas.
Mientras, en el ámbito docente, se precisaría una mayor inversión tecnológica y formativa para su adaptación en muchas profesiones y no se descarta que pueda intensificarse el carácter estacional del sector hasta su normalización.