Vivimos una situación de excepcionalidad inédita que ha transformado por completo nuestra vida cotidiana, poniendo de manifiesto la fragilidad de algunos elementos básicos de nuestro Estado de Bienestar. Desde el Colegio Profesional de Educadoras y Educadores Sociales de Aragón somos conscientes de la cruda realidad que los y las profesionales de la Educación Social están soportando en estos momentos; unos/as compañeros/as que en la mayoría de las ocasiones no pueden quedarse en casa por ser esenciales sus servicios y que están trabajando en condiciones duras en algunos momentos, incluso precarias. Sin los medios exigidos para garantizar su seguridad, ni la de las personas usuarias de sus recursos, ni la de la ciudadanía.
La Junta de Gobierno del CEES Aragón realizó un primer posicionamiento, con fecha 19 de marzo, en el que se reclamaba al Gobierno de Aragón que siguiese prestando su apoyo y coordinación mientras durase esta situación y contemplase la necesidad de más recursos, Educadoras y Educadores Sociales para sustituciones y para refuerzos, ante esta crisis sanitaria sin precedentes.
La solidaridad y la ciudadanía están respondiendo. Numerosas redes vecinales, municipales y comarcales se han puesto en marcha en Aragón, muchas de ellas supliendo las carencias de unos Servicios Sociales Públicos que a pesar de ser declarados esenciales, no están funcionando con los medios ni el personal que sería necesario para atender las demandas derivadas de la actual situación. Es cuando menos insólito que los Servicios Sociales estén cerrados, semi-cerrados o tele-trabajando, en estos momentos y que se active desde la Administración el voluntariado a través de entidades sociales, muy loable en su compromiso e implicación, pero que debería ir de la mano de esos Servicios Sociales Comunitarios. Tras el lógico periodo de ajuste inicial, creemos que hay que ser capaces de combinar las medidas de seguridad y protección de los trabajadores con el normal desarrollo de nuestra actividad profesional.
Suscribimos el texto difundido por el Colegio de Trabajo Social de Aragón, en referencia a los Centros de Servicios Sociales Municipales de la Ciudad de Zaragoza, que han trabajado inexplicablemente con unas grandes limitaciones. En ellos, así como en la red de Centros Comarcales de Servicios Sociales, trabajan equipos consolidados que son quienes mejor conocimiento tienen de la realidad de su territorio y su ciudadanía. En estos equipos la Educación Social tiene un papel relevante en temas de información, prevención, orientación, formando parte de los dispositivos de emergencia, escuchando, aportando pautas educativas, organizando, poniendo en contacto… estando al servicio de quien más nos necesita.
También reivindicamos la labor de acompañamiento emocional que desde la Educación Social puede realizarse, así como la de comunicación con la infancia y las familias que, después de un mes de confinamiento, comienzan a notar los efectos psicológicos del aislamiento, el miedo y el desconcierto general. Nuestra mejor herramienta como Educadoras y Educadores Sociales es la cercanía a las personas y por ello es necesario que se note nuestra presencia en los barrios y comarcas, que sepan que estamos a su disposición. También se debe contar con nuestra capacidad para poner en contacto y coordinar a diferentes instituciones y entidades, especialmente las sanitarias y las educativas, con todos los recursos sociales para trabajar en común por las personas y las comunidades.
No podemos olvidarnos de la situación que se está viviendo en los centros residenciales (de acogida de menores, mujeres víctimas de violencia, albergues y dispositivos para las personas sin hogar, comunidades terapéuticas, personas con discapacidad, centros penitenciarios o psiquiátricos, residencias de personas mayores…), con un incremento de las bajas en plantilla y unos medios no siempre suficientes para el cumplimiento de las necesarias medidas preventivas. También se está produciendo un incremento de tareas en dichos dispositivos ante el cierre de otros recursos, que se suma a las tensiones que producen el confinamiento y la suspensión de salidas y visitas.
Estas situaciones no sólo se dan en Zaragoza, sino también en las Comarcas, en Huesca y en Teruel.
Por todo lo expuesto anteriormente solicitamos:
Que las distintas administraciones realicen labores coordinadas y que inviertan más recursos en servicios sociales y de salud. Porque esta crisis está haciendo mella especialmente en los colectivos más vulnerables.
Que se dote de material de seguridad a los compañeros y compañeras que trabajan en centros residenciales, así como de unos protocolos claros. Realización de test a toda la plantilla de los centros en los que existan casos sospechosos y equipos de protección individual (EPI), con el fin de garantizar la seguridad de todos los profesionales y las debidas atenciones y la seguridad a las personas usuarias.
Que dado su carácter de servicio indispensable, los Servicios Sociales municipales y comarcales, permanezcan abiertos y no bajo servicios mínimos. Para cumplir su compromiso de seguir atendiendo las necesidades habituales de toda la población y todas las necesidades sobrevenidas en esta situación de confinamiento y de crisis sanitaria, social y económica.
Que se cumplan las recomendaciones indicadas por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 en su Documento Técnico de recomendaciones de actuación desde el Sistema Público de Protección a la Infancia y la Adolescencia ante la crisis por Covid-19 de 31/03/20, y dotar de presupuestos acordes para que puedan ser efectivas.
A3. Poner en conocimiento de CCAA, CCLL y demás autoridades competentes, las necesidades específicas derivadas de la crisis provocada por el COVID- 19 (material de protección sanitaria específica, material informático, farmacéutico, necesidades de conectividad y datos móviles, material lúdico y de personal en todos los ámbitos), así como cualquier otra que pudiera surgir.
B5. Que se habiliten todos los medios posibles (incluidos conexión a internet vía wifi, ordenadores, teléfonos, etc.) para que los niños y niñas puedan continuar su actividad educativa con la máxima normalidad, comunicarse con sus amigos, familiares y demás personas de confianza, y si fuese preciso, que se revisen las normas que limitan el uso de estos dispositivos si las hubiera.
4.3. Otras Recomendaciones. Se garantizará que todas las personas menores de edad atendidas por el sistema de protección a la infancia y adolescencia, incluidos también aquellos que puedan ser detectados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el actual estado de alarma (situación de calle, niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados en traslados, fugas de centros de protección) reciban, además de los recursos de acogida necesarios, la información suficiente, en una lengua que comprendan, sobre la emergencia sanitaria a través de los profesionales oportunos (mediadores y educadores de calle).
En nuestro país hay un 26% de personas en riesgo de exclusión social, y estas personas no son sólo una estadística, son personas, una a una, con sus características y necesidades concretas, y la Educación Social tiene que estar ahora más que nunca al servicio de la sociedad. El Colegio seguirá velando por el interés y la seguridad profesional de nuestro colectivo. Agradecemos la labor callada e invisible socialmente de las Educadoras y Educadores Sociales en estos días y de otros profesionales de lo social y sanitarios que con su trabajo están haciendo posible que toda la población, pero especialmente los más vulnerables, cuenten con el apoyo personal, material, psicológico y pedagógico que les permita superar esta grave situación.