Este trabajo pone de relieve una realidad creciente tanto en nuestra comunidad como en el conjunto del estado y señala que en 2016 se judicializaron en Aragón aproximadamente 200 casos siendo la tendencia de los últimos de un alarmante aumento. Este dato es solo la punta del iceberg, ya que el hermetismo de la familia en aceptar esta situación hace que se guarde silencio ante este tipo de violencia.
Ante esta situación, el proyecto propone la creación de un programa que ofrezca atención individualizada a padres e hijos y que a su vez fomente la comunicación y coordinación interinstitucional e interprofesional que permita ofrecer una solución a este tipo de situaciones. El proyecto quiere hacer perder el miedo a los padres a denunciar esta situación y sobre todo a prevenir estas conductas.
Un programa que fomente la detección y que a su vez facilite la información, el asesoramiento, la toma de conciencia, el conocimiento, el intercambio grupal y la lucha activa contra este fenómeno, dirigido por un equipo multidisciplinar compuesto por un psicólogo, un trabajador social y un psicopedagogo.
Está dirigido a todas aquellas familias involucradas en el fenómeno; tanto a las que hayan detectado posibles conductas de riesgo, como las que ya han sufrido algún episodio de violencia en el hogar. En este proyecto se contempla la posibilidad de realizar sesiones conjuntas de distintas familias que han pasado por la misma situación, para que no sientan que son los únicos afectados por este tipo de conductas.
De este modo, los principales objetivos del proyecto pasan por potenciar la detección de nuevos casos de violencia filio-parental a través de la coordinación interinstitucional en la ciudad de Zaragoza, implicando a instituciones, colegios y centros de salud, así como la creación de un espacio de intervención para la atención temprana de este tipo de situaciones.
El estudio fue elaborado por el graduado en Trabajo Social José Ignacio Rodrigo Ruiz y dirigido por los profesores Juan David Gómez Quintero y Dolores de Pedro.